Cada quien tiene su propia forma de estudiar cada quien tiene un carácter, aptitudes, gustos, intereses propios. Probablemente tú encuentras en ti mismo ciertas características que te hacen diferente a tus compañeros y amigos. Tal vez necesites más silencio para poder concentrarte o te des cuenta que eres un poco “desesperado” y por ello mismo te irritas fácilmente si no logras aprender una lección a la primera, o si no obtienes fácilmente los resultados que te gustarían.
Quizá hayas observado que determinado compañero tiene un carácter distinto al tuyo, y que cuando le va mal en algún examen o tiene algún problema lo toma con mucha calma y hace un esfuerzo por averiguar en qué fallo para intentarlo de nuevo.
¿Sabías que el concepto que tengas de ti mismo o la manera en que piensas de ti influye en tu estudio y en tu rendimiento? ¿Te has puesto a pensar que concepto tienes de tu propia persona? ¿Eres objetivo al juzgarte o eres demasiado duro contigo mismo? Piensa en esto con cuidado. Quizá tengas ciertas cualidades o aptitudes de las que no te has dado cuenta y que te pueden ser de utilidad si las descubres.
Seguramente también tendrás tus puntos débiles. Lo importante es que aprendas a reconocer de una manera clara tanto los puntos favorables como los puntos débiles que hay en ti, para que por un lado hagas un esfuerzo por cambiar aquellas cosas que no te agradan o que no te satisfacen, pero también sepas reconocer tus cualidades y valorarlas justamente. Ten presente que todos tenemos defectos y cualidades, y EL SECRETO está en reconocer nuestras fallas a la vez de sacar provecho de nuestros puntos fuertes. Todo esto es muy importante puesto que el concepto que tienes de ti mismo determina en parte tus logros o fracasos. En la medida en que tú te observes positivamente, tendrás más confianza en ti mismo y podrás lograr más cosas.