Algunas recomendaciones generales para el equipo docente.

 

Para que la educación de niños con T.D.A.H. sea eficaz, la institución escolar debe conocer el perfil del alumno, su capacidad, sus motivaciones y sus intereses, las características de su trastorno y, en lo posible, de su familia, en estos casos el trabajo multidisciplinario (psicólogo, maestro y padre de familia) es de probada eficacia; Veamos algunas recomendaciones para que esto le resulte más fácil.  

1.         1. Conocer al alumno.

          2. Cuáles son sus fortalezas y en qué consisten.

          3. Que estilo de aprendizaje tiene, veloz o lento.

        4. Si es un niño con T.D.A.H. con o sin hiperactividad, saber con qué intensidad y frecuencia aparecen los   síntomas.

          5. Donde radica su mayor incapacidad.

          6. En qué áreas ha tenido mayores logros.

          7. Cómo, cuándo y dónde surgen los síntomas.

          8. Cómo es su tolerancia a la frustración.

          9. Si tiene talentos especiales.

          10.  Si tiene respuestas agresivas frecuentes.

          11.   Si la falta de agresividad constituye una faceta relevante en su conducta.

        12.  En qué ocasiones se manifiesta  con mayor frecuencia la agresividad: en la familia, en el aula, en los  recreos, a la salida de la escuela o en otras ocasiones.

         13. Llevar un registro de conductas del alumno con información básica.

     14. Planificar las situaciones de transición (una estructura ordenada y que funcione con ciertas rutinas, favorece mucho el desarrollo positivo de los niños con necesidades educativas de éste tipo).

         15.   Aplicar el método para la resolución de conflictos cada vez que éstos se presenten.

      16. Colocar por escrito y a la vista de los alumnos las técnicas que con mayor frecuencia utiliza en el correcto manejo del T.D.A.H.

     17. Fomentar el diálogo, el intercambio sobre las preferencias, las necesidades, los problemas y las posibles soluciones.

        18.   Enseñar a negociar las dificultades a través de la conversación y no con actitudes desafiantes, golpes, gritos o berrinches (se necesita de un mediador).

        19.   Estimularlo a que use con los otros niños las habilidades adquiridas,  y que luego cuente como le fue.

         20.   Estimularlo y darle apoyo positivo.